lunes, 6 de abril de 2015

Prueba del Toyota Auris HSD

Toyota Auris HSD 2011
Hace tiempo que vengo considerando que mi próximo coche sea un híbrido porque, según la publicidad, consumen poco, son silenciosos y menos contaminantes que los “petroleros”; además, el mas avanzado de los híbridos es un Toyota, símbolo de calidad y fiabilidad.

Todos sabemos que la publicidad, como norma general, es engañosa o por lo menos no dice toda la verdad así que he buscado en otras fuentes de información, principalmente foros, el grado de satisfacción de sus propietarios.

Me he encontrado una satisfacción general de uso pero muchos usuarios que no consiguen, ni de lejos, los consumos que Toyota promete; de hecho, muchos coinciden en que el consumo depende de muchos factores ajenos al estilo de conducción. Por ejemplo, al Auris le sientan mal los puertos de montaña y los recorridos a velocidad elevada.

Es por todo ello que decidí probar uno de estos coches durante un par de días en mi trayecto habitual al trabajo. Ya he comentado en otras ocasiones que es un trayecto fijo, en el que las condiciones del tráfico son siempre las mismas y no hay apenas variaciones en mi estilo de conducción. Sin mirar al reloj para intentar recuperar el tiempo perdido siempre necesito entre 70 y 75 minutos para ir al trabajo y unos cinco minutos más para regresar a casa. Y es que en la Scenic ir pendiente del reloj es dificil; no hay que olvidar que no puedes saber qué hora es si no enciendes la pantalla del navegador. Alguna ventaja tenía que tener.

El primer intento lo hice con el concesionario de Toyota y Lexus en Leioa, Japan Car, porque supuse se desvivirían por venderme las bondades de este coche. Fui atendido por un joven y atento comercial que me presentó brevemente el vehículo y también me reconoció que “él de motores no sabía mucho”. A la pregunta de si podría probar el coche de una forma más exhaustiva durante un par de días, incluso estando dispuesto a pagar un alquiler, me respondió que no disponían de ninguno durante tanto tiempo. También le pregunté, esta vez al que parecía su jefe, si sabían de alguna empresa de alquiler que hubieran comprado híbridos de su marca pero me respondió, la verdad es que con profunda desgana, que no tenía constancia.

El segundo intento fue contactando con varias empresas de alquiler que si bien tenían alguna unidad híbrida disponible estas se encontraban en Madrid o Barcelona. En todo caso no podían asegurarme que en un plazo razonable se desplazaran a Bilbao.

Una manera sensata de compartir coche
Casi había tirado la toalla cuando encontré una iniciativa de alquiler de vehículos en Uribe Kosta llamada Ukanauto. Si eres mayor de edad, con más de seis puntos en el carnet de conducir, que no tengas deudas con el fisco y titular de una cuenta bancaria puedes ser socio. Tienen varios Toyota para alquilar; unos Auris híbridos de la generación anterior y unos Yaris de gasolina. Como reza en su página web “Ukanauto. Una manera mas sensata y responsable de compartir coche. Utilizando y pagando solo lo indispensable”. Esta empresa presta su servicios a menos de diez kilómetros de Japan Car; ver para creer.

El sistema es muy sencillo; pagas una cuota anual de 30€ por ser socio y, una vez te han facilitado tus claves de acceso, puedes reservar en su página web el vehículo que quieras. Estos coches están aparcados en diferentes calles de Armintza, Sopelana, Berango, Gorliz y Urduliz donde tienes que recogerlos y dejarlos tras su uso. El tiempo mínimo de alquiler es una hora y el máximo tres días.

Una vez reservada una franja de horas de utilización y seleccionado un coche en concreto, procederemos a buscarlo a su aparcamiento. A la hora de recogida, pasando nuestra tarjeta de socio por un lector inductivo colocado en el salpicadero, podemos abrir el vehículo. Una vez dentro, existe un terminal en la guantera en el que debemos introducir nuestro pin secreto para poder activar el vehículo durante el periodo de horas o días reservado. En dicho terminal cuelga un mando a distancia que utilizaremos para abrir y cerrar el vehículo normalmente, hasta la fecha de devolución. El terminal también tiene una tarjeta de crédito alojada en una ranura que utilizaremos para rellenar el depósito de combustible.

Terminal de control
Todos estos movimientos son monitorizados en las oficinas del servicio de tal forma que saben en todo momento si no has dejado la tarjeta de crédito en su sitio después de repostar, si has dejado el coche fuera del horario alquilado o cuántos kilómetros llevas recorridos. También existe una tecla de asistencia en el terminal que te pone en comunicación directa con las oficinas del servicio por si tuvieras cualquier problema o incidencia.

Cada hora de alquiler cuesta 3€ más otros 0,22€ por kilometro recorrido. Si se alquila por 24 horas no se pagan más que 36€ por día completo. Esto incluye impuestos, gasolina y seguro a todo riesgo. Toda la prueba me ha costado 233,84€, recorriendo 422km, así que podemos concluir con que no es un sistema particularmente barato.

Coste del alquiler
El Toyota elegido es un Auris Hibrido matriculado en septiembre de 2011, con 7800 kilómetros recorridos y que calza unos neumáticos 215/45-R17 que sin duda no contribuyen al ahorro de combustible pero que son muy parecidos, para establecer una comparación, a los 215/55-R17 que lleva la Scenic.

Toyota Auris HSD de la prueba
En el Scenic la respuesta a la presión sobre el acelerador se presenta lenta, con cierta elasticidad,  gomosa. Se debe, en gran parte, a su elevado peso y a su pequeño motor de 105CV. Este Toyota, a pesar de tener sobre el papel 136CV, también muestra una sensación extraña al acelerar.

Como hace una gestión del motor térmico y eléctrico por su cuenta y riesgo, el sonido del motor no es proporcional a la presión ejercida sobre el acelerador. Y despista un montón que en zonas con pendientes el motor térmico ruja, casi al límite del corte de inyección; mientras que llaneando, a la misma velocidad, el sonido sea casi imperceptible.

Gestión de los motores térmico y eléctrico
En absoluto es un coche silencioso. Hay gente que opina que, como es tan silencioso, cuando suena el motor nos parece más ruidoso de lo que en realidad es. Sin embargo creo que a velocidades bajas y en llano, hasta unos 80 km/h, no va del todo mal, incluso a velocidades más bajas, solo funciona el eléctrico y entonces solo se oye el ruido de rodadura. Pero pasando de 80 km/h o encarando moderadas pendientes el ruido es muy acusado y bronco. Este es el primer argumento de venta que se me ha caído de la lista.

Sin embargo, el cambio automático es muy cómodo y simple: D para adelante, R para atrás y un posición B muy útil si queremos un extra de retención bajando puertos de montaña.

Cambio automático y modos de conducción
He intentado una conducción muy parecida a la que hago habitualmente; es decir, conducir como si no llevara frenos. Eso implica hacer un ejercicio de anticipación a todos los obstáculos e incidencias que puedas encontrarte por el camino como semáforos, rotondas, vehículos lentos, etc., de tal forma que el uso del freno sea mínimo. También he usado el control de crucero, herramienta muy cómoda e imprescindible en un vehículo moderno pero que penaliza el consumo en ciertas condiciones. No es un elemento del que vaya a prescindir así que lo he utilizado como habitualmente; es decir, mis primeros 12 kilómetros lo fijo a 92 km/h, luego otros 6 kilómetros a 82 km/h y por ultimo 14 kilómetros a 110 km/h. El resto del recorrido, por carreteras nacionales a velocidad variable no pasando de 90 km/h.

Funcionando en modo eléctrico
El hecho de que el control de velocidad del Scenic sea digital me tiene muy mal acostumbrado. En el Toyota tienes que decidir en qué punto, por donde pasa la aguja del velocímetro, quieres mantener tu velocidad. Encima está la manía que tienen los fabricantes de hacer velocímetros con un fondo de escala de 240 km/h. Esto hace que cada grado en el desplazamiento de la aguja supongan 5 ó 6 kilómetros de diferencia. Este coche no pasa de los 180 km/h así que si ese fuera el fondo de escala ganaría en precisión.

Otro detalle que me dejó chafado es que en el arranque de la mañana, después de dejar descansando el coche toda la noche, siempre funciona el motor de gasolina en los primeros minutos; aunque la batería este totalmente cargada. Creía que iba a poder salir del garaje sigilosamente en modo eléctrico sin que se enterara mi familia que duerme un piso más arriba. Segundo argumento de venta que se cae de la lista.

En el primer trayecto, una vez reseteado el ordenador de a bordo y llenado el depósito a tope, que ha consistido en bajar una cuesta pronunciada por autopista, tomar la siguiente salida y volver de nuevo a subir lo que antes había bajado más algún que otro kilómetro por ciudad, en total 14.8 kilómetros, el consumo medio estaba en 3.6 litros; no parece un mal comienzo.

Un buen comienzo...
De hecho una de las cosas que más sorprenden, al contrario de lo que ocurre con el Scenic y diría que con cualquier otro coche, es que cuando callejeamos por la ciudad el consumo baja. Es el terreno donde mejor se desenvuelve este coche; la batería se ha ido cargando en todas nuestras ineficiencias, al frenar, al bajar pendientes, en retención, etc. y toda esa energía, que se hubiera desaprovechado, se entrega a bajas velocidades en modo casi exclusivamente eléctrico. El silencio cuando detienes el coche y la suavidad con la que inicia la marcha, tanto en modo eléctrico como en térmico, es excepcional.

No voy a hablar del confort interior ni de su amplitud ya que es un modelo superado y que en 2015, su generación posterior, ya ha tenido un primer restilyng. Si me ha parecido algo pobre la iluminación y el hecho de que el Xenon solo esté disponible para el acabado más alto de la gama. También quiero criticar que todos los textos y serigrafías del vehículo están en ingles. No soy nada chovinista pero creo que si los demás lo hacen en español o por lo menos utilizan signos e iconos más o menos entendibles no sé porqué Toyota, también lo hacen Honda y Chrysler, no puede hacerlo.

Demasiado ingles escrito
Después de los casi 400km de prueba que le he hecho puedo decir que el hecho de entrar en ciudad en modo eléctrico y recorrer más de dos kilómetros exclusivamente con la energía eléctrica que ha almacenado en la bajada del puerto de montaña es una gozada; el ser consciente de que toda esa energía que habitualmente se desaprovecha tiene su utilidad. Sin embargo, tras todos esos kilómetros conduciendo igual que lo hago con la Scenic y tratándose de un coche menos pesado y con una aerodinámica mejor, suponía que los consumos serian mucho menores.

Y es que 4.4 litros no me parecen un mal consumo medio para toda la prueba pero pensaba en una cifra menor, más cercana a los 4 litros. Al fin y al cabo, en su día tuve la oportunidad de conducir un Megane con un motor 1.5dCi y solo me gastó 5 litros de media.

Consumo total de la prueba según el ordenador de abordo
Está claro que en este tipo de coches el perfil del terreno recorrido y las velocidades máximas a las que se circula es determinante. En el caso del diesel penaliza mucho la ciudad pero en cambio los recorridos interurbanos y de autopista pesan mucho menos.

La asistencia del motor eléctrico sobre el motor de gasolina es testimonial o inexistente por encima de velocidades de 90km/h y entonces se penaliza mucho el consumo. Lo mismo ocurre en puertos de montaña donde es el motor térmico el que trabaja. Es cierto que a velocidades medias y bajas o en llano los consumos del motor térmico se reducen mucho si asiste el motor eléctrico por eso es muy importante los recorridos de cada uno.

Motor térmico
Tampoco le podemos pedir más a un motor de gasolina que normalmente, por el menor poder energético con respecto al gasoil, consumen siempre más. Y en términos absolutos, consumir 4.5 litros de media para un gasolina es algo excepcional incluso si lo utilizamos de forma un poco “descuidada” no creo que la media pase de los 6.5 litros lo cual está muy bien para un gasolina.

Estamos hablando de 4.5 litros de media frente a los 5.2 litros que le saco habitualmente a mi Scenic que pesa 65 kg más y tiene un CX mucho peor. Por no hablar de lo lejos que está el Toyota de los consumos oficiales (3.5/3.6/3.6) con respecto al Scenic (5.9/4.6/5.1).

Corazón del motor eléctrico
La puntilla viene cuando compruebo lo que realmente ha consumido. De nuevo lleno el depósito hasta arriba y le caben 19.21 litros que con los 395 kilómetros recorridos hacen una media de 4.86 litros. Recordemos que todas mis medias con el Scenic son siempre reales con lo que la diferencia es todavía menor. Con una conducción todavía más cuidada, sin usar el control de crucero y aprovechando de otra manera la energía almacenada, hay muchas disertaciones en los foros de cómo llevar este vehículo en el nirvana de la eficiencia, será posible bajar aun más el consumo pero se trata de ser eficiente sin hacer que el viaje sea estresante y como he comentado anteriormente no estoy dispuesto a renunciar al comodísimo control de velocidad.

Consumo real de la prueba
Por todo ello concluyo con que lo que más me han gustado es el cambio automático, la calidad percibida, los ajustes y la manera de cómo gestiona los dos motores. No me ha gustado lo ruidoso que es el motor térmico en ciertas ocasiones, para mi trayecto habitual en demasiadas ocasiones, y el resultado final de ahorro en combustible con respecto al precio que hay que pagar por tener esta tecnología.

Seguiremos buscando por otro lado; por ejemplo en los nuevos motores Peugeot 1.6 BlueHDI, Volvo D2, etc.