martes, 15 de marzo de 2011

Con 80.000km los problemas crecen

Dejó de funcionar la ayuda de parking trasero. Primero pensé que se trataba de un fusible o de alguna conexión mal terminada de cuando me pusieron la bola del remolque. Lo llevé al taller esperando una rápida solución pero cuando, por la tarde, vi todo el maletero desmontado (tapicería, cableados, etc.) pensé que era más grave de lo inicialmente previsto. Eso fue el primer día del mes de marzo y quince días después me lo han devuelto.



La verdad es que mas que cabreado estoy preocupado. El mayor problema de los sistemas de diagnostico en los coches es cuando no detectan ningún error. A partir de ahí, los mecánicos y electricistas se enfrentan a las meigas dedicándose a cambiar piezas y a ver si, con un poco de suerte, dan con el error.

Este sistema me retrotrae a mis años mozos en los que, para sacar unas pelas en verano, trabajaba de pinche con un reparador de maquinas recreativas. El tipo en cuestión era de profesión topógrafo, pero los caminos de la vida le habían llevado a dicho empleo. Así que, cada vez que una máquina tragaperras se estropeaba, la llevábamos a su taller y con la colaboración de otra máquina que sí funcionaba, empezábamos a intercambiar chips de una maquina a otra hasta que, con un poco de suerte, la buena dejaba de funcionar y la mala se ponía en funcionamiento. Eureka! ya hemos encontrado el error y todo ello sin analizar su sintomatología previa.

Pues esta gente de Renault hace algo parecido. Piden módulos de control (son como cajas negras para ellos) y los van cambiando hasta que se produce el milagro. El problema reside en que, cuando no esté en garantía, no sé cuantos módulos van a querer cobrarme.

Por otro lado, la espera de dos semanas está motivada porque han pedido piezas a Francia y parece que allí no las tienen, por lo que las han pedido a su vez a otro país. Luego me reía de mi amigo y su Hyundai Coupe, que cada vez que había que cambiar una pieza tardaba quince días en venir de un país asiático.

Pero no hay mal que por bien no venga: me han dejado un Megane DCI 1.5 110CV con 1.000 km que he transformado en 3.000 km en estas dos semanas y sin coste alguno. Por eso digo que no estoy cabreado; al fin y al cabo prefiero desgastar un coche ajeno durante el tiempo que ellos reparan el mío.

Al final, parece ser que aquello que conté hace tiempo sobre el tubo de escape curvo era más importante de lo que creía. Siempre pensé que era un problema de higiene, cada vez que ponía o quitaba el enganche debía lavarme las manos concienzudamente y sacar toda la carbonilla que se pegaba por efecto del humo, pero el tema tiene más implicaciones.


Ahora el mecánico ha visto que los humos provenientes del escape, además de manchar la bola y el cajetín de conexión del remolque, también van fundiendo los cables; pudiendo cortocircuitar alguna señal de la caja de conexiones de los sensores de parking y dejándola inutilizada. Han remitido el problema a Renault pero posiblemente la solución pase por cambiar el cableado de la bola y el último tramo del escape.




Este tema del escape le tiene “mosqueado” al mecánico porque, revisando todas las Scenic que hay en el concesionario, ninguna lleva este codo final. Posiblemente Renault ha solventado el error.

Por cierto, unas pinceladas del Megane que tuve la oportunidad de conducir:

Las primeras sensaciones se refieren a la ergonomía; asiento estrecho para un tío corpulento de 1.80 m como yo y muy bajito con lo que la entrada se hace complicada y, si no estás atento, acabas pegando con la cabeza en el marco superior de la puerta.

En el interior las mayores pegas se encuentran en la radio (hay que sortear la palanca de cambios porque los mandos están muy abajo y la Arkamys no suena tan bien como en la Scenic), medidor de temperatura de motor y de combustible poco precisos (el de temperatura tiene 4 posiciones y el de combustible 7) y el cuentarrevoluciones de reloj desentona en un tablero que predomina lo digital.





Como cosas buenas, su consumo (una media de 5 litros/100km), su elasticidad y su empuje que nada tienen que ver con los de mi Scenic que lleva idéntico motor.

En fin, empiezo una nueva semana con mi Scenic ya reparado e impaciente por comparar los consumos a largo plazo con la nueva limitación de 110 km/h en las carreteras.

Un saludo a todos.